Un día como tantos...

En ocasiones realmente odiaba la mañana con el sol inclemente que no hacía más que quemar las pocas ganas que tenía de salir del bar luego de terminar de limpiar, para variar el día anterior fue algo tedioso, no sólo por el trabajo sino por las constantes riñas dentro del local, el licor en cantidad nunca ayudaba a la gente, pero que más daba ese era su trabajo aún cuando casi siempre terminaba de seguridad porque aún no tenía a alguien que lo haga...

La posición del sol delataba que aún no eran ni las 10 de la mañana, el cielo estaba despejado con una que otra nube aborregada que era guiada por el viento en un camino inexplorado por el basto azul que era la meta para los patinadores que soñaban con volar y alcanzar el sol y la luna sólo con sus manos...

Un chico de cabellos rubios se tostaba bajo el sol, su mirada perdida, ropa desaliñada y los, ahora de moda, A.T.s oscuros rodando a velocidad mínima como para disfrutar de un instante de tranquilidad que tanto necesitaba, él parecía pasar desapercivido, por la multitud de gente que avanzaban sin prestar más atención que a ellos mismos, con las manos en los bolsillos avanzando para buscar algún lugar donde comer...

El sol le hacía doler la cabeza, sobretodo reflejado en el parabrisas de su BMW azul oscuro, dicho auto parecía recién salido de fábrica, tan lustroso que uno podría verse reflejado en el capó. El castaño manejaba con soltura mientras un audífono colgaba de su oído y de este salía un pequeño micrófono hacia su boca pero llegando costosamente a su mejilla, hablaba por el celular. Estaba cansado, apenas había pegado ojo en toda la noche, hacer trabajo de espionaje a un chico que parecía no dormir en toda la noche para cuando finalmente se dormía y antes de siquiera poder ir por un café lo llamasen de la base que lo necesitaban allí, es más, en ese momento hablaba con uno de ellos.

Sumido en su conversación y por más que su manejar era suave y suelto no lo era su velocidad la cual rozaba los 100 km/h esquivando autos e incluso peatones, pero un peatón que no parecía caminar si no que se deslizaba suavemente sobre su calzado se le atravesó lo que le obligó a pisar el freno a fondo y girar su volante derrapando en un estridente chillido de las ruedas dejando un sendero oscuro en el pavimento. Inclusive con tan precaria maniobra se detendría a tiempo, dependía de la reacción del rubio evitar que le atropellaran.

Se mantenía sumido en sus pensamientos, primero iría a comer y tomar algo para después ir a pasear un momento por los alrededores, ya hacía tiempo que no tenía un instante para él vagando por la ciudad como lo hacía hace algunos años sin mucha responsabilidad, ahora tenía el bar del que cuidar...

Siguió avanzando sin importar lo que sucediera a su alrededor, su suave andar lo hipnotizaba, lo tranquilizaba haciéndolo sentir como si volara o como si flotara como la suave brisa que pasaba a su alrededor moviendo su cabello y sus ropas en una suave danza...

Actuó más por instinto que por algo que pensó con anticipiación, como podría hacerlo si cuando se dió cuenta el auto estuvo bastante cerca, el sonido de las llantas al rozar el cemento intentando frenar en un último instante lo hizo caer en cuenta de lo que estaba pasando...

El automovil negro se acercaba de manera peligrosa a él, si no hacía algo podría terminar con varios moretones, la verdad eso no lo mataría pues tenía bastante suerte, y algún hueso roto pero más nada y aunque eso no lo pensó seguro lo pensaría más adelante...

Contrajo los abdominales comprimiendo su cuerpo al máximo sobre sus piernas para luego alzar su cuerpo de golpe lanzando las piernas hacía el cielo haciendo que su cabeza sea el centro de una hélice elevando los A.T.s dando una voltereta en el aire...

La adrenalina le recorrió todo el cuerpo encendiéndolo como el nitro en un coche, seguramente sin ese empujón no habría sido capaz de realizar ese movimiento para salvar su pellejo, fueron unos instantes que le parecieron como estar más vivo de lo que podría estár...

Pero la dura realidad volvió y lo golpeó, la física a veces puede resultar una molestia, su equilibrio aún no era tan bueno así que cuando cayó, golpeando el auto en el capó, sus manos se quedaron muy delante del resto de su cuerpo y sin haber una fuerza idéntica detrás las ruedas se movieron haciendo que su rostro vaya a dar con el metal oscuro...

Como algunos dicen… en situaciones límites el tiempo parecía endentarse, tomarse con calma la situación y mostrarlo todo en cámara lenta. Y así lo vio el castaño, los movimientos del StormRider saltar, trazar aquella curva, incluso el mover de sus cabellos en el viento, nada se le escapó a la vista. Cuando el cuerpo del muchacho golpeó el capó del auto solo atinó a soltar un grito - ¡Mierda…! -. El vehículo se dejó de mover, el sonido del lugar se incrementó cuando bocinazos de otros conductores se alzaron así como los comentarios de las personas, incluso algún grito.

Salí del auto yendo hacia el capó para ver al accidentado - ¿Estás conciente? – bajó su mirada a los ATs del joven examinándolos - Sendero del colmillo…- murmuró para si mismo mientras tomaba al muchacho por los hombros para que no resbalara por el capó abollado y pudiese colocar sus dedos en el cuello para sentir su pulso.

El vieno estubo de su lado, por eso siempre pensaba que la suerte andaba con el día y noche pues no sólo en ese momento le había servido, pudo realizar el salto con eficiencia exepto por los últimos momentos que el equilibrio le jugó una mala pasada, si habría puesto un brazo delante y el otro detrás seguramente habría salido todo a la perfección... Pero no existía el habría, las suposiciones eran tontas frente a la realidad...

El dolor se le expandió por todo el rostro, el sabor metálico de su sangre se le expandió por la boca haciendo que el sabor metálico fuera lo único que sintiera. Esto lo moestaría mañana no sólo tendría una herida en la boca sino que el rostro, era muy seguro, se le hincharía, aunque al menos él mismo se hizo esa herida...

El bullicio de los carros que estaban detrás del BMW lo hizo abrir un ojo, sólo fue un instante en que cerró los ojos por el golpe más no estaba mal en ninguna manera porque el golpe en el rostro no era mucho. Miró a un lado y vió a un chico de cabello castaño que salió del auto para moverlo del capó...

Si... Afirmó a la pregunta del chico que parecía estar algo desconcertado con lo sucedido... Estoy bien... Continuó con su respuesta al momento de sentir los dedos del chico en su cuello...

Llevó una de sus manos hacia sus labios y se limpió el hilillo de sangre que se le escapaba por un lado de la mejilla, luego se sentó levantando su torso mientras movía las piernas para bajar del capó donde se había empotrado hace unos segundos...

Se bajó del auto parandose en la autopista, por breves segundos se tambaleo un poco pero tras unos movimientos recuperó su equilibrio...

Cuando este estuvo por perder el equilibrio el castaño lo tomó por los hombros - ¿No quieres que llame una ambulancia? ¿Te llevo al hospital o a tu casa? Deberías descansar – enfundando su diestra en su bolsillo extrajo de este un blanco pañuelo que se lo extendió para que limpiara su boca.

No dejaba que se fuera, estaba interesado en quien era, sobretodo para poseer esos ATs, por más ocultas que estuviesen entre los surcos el había notado la superficie dentada de sus patines, no cualquier rider tenía esa clase de patines modificados de tan particular manera. Era un StormRider que peleaba, un StormRider que no sabía nada del y por el movimiento que había hecho parecía tener potencial, un potencial peligroso. Debía investigarlo y si lo consideraba un peligro tenía dos opciones, ingresarlo a Genesis o arrancar la hierba mala antes de que creciera y se convirtiera en un bosque impenetrable.

Se mostraba preocupado y por primera vez al rodear al rubio con pasos arrastrados y gráciles podría notar este que el castaño estaba usando alguna clase de patín o AT por su deslizar entre paso y paso, aunque a simple vista parecía tener zapatos de vestir comunes. Frente a frente, aún con el pañuelo en su mano observó el rostro del muchacho, no solo con preocupación si no que con un brillo analítico en su mirada.

Aún le molestaba la cabeza pero ese malestar no era por el golpe porque no sentía el dolor externo que le dbería causar si ese fuese el caso. Este dolor era todo lo contrario, era un dolor interno, más que un dolor una molestia que seguro estaba relacionada con lo uqe sucedió hace algunos instantes...

No se preocupe... Respondió a las preguntas del chico que parecía tener algo de cargo de conciencia por lo ocurrido... Estoy bien ya se lo dije... El dolor de cabeza le hio moverla de un lado a otro, podría ser que esto sea producto de la adrenalina...? Una producción alta de esta hormona expandiéndose por todo su cuerpo para evitar una amenaza, los movimientos que siguieron y por último el súbito corte habría hecho que su cerebro reaccione al estrés... Pero realmente él no era médico así que sólo era una suposición...

No, gracias... Ya se había limpiado la sangre con la mano así que no había necesidad de ensuciar algo más, sonrió para que no se malentendiera su reacción, aunque en realidad una sonrisa suya no era para estar seguro de lo que en realidad pasaba en esos instantes por su mente...

En ese instante se dió cuenta, no sabía como pudo haber pasado por alto eso hasta ese instante... El castaño al igual que Kael se movía de forma extraña a pesar de tener un par de zapatos normales, era tal vez alguna clase de A.T. que no conocía...? Aunque eso era lo más seguro pues no conocía todos los modelos de A.T.s en el mundo...

Tiene unos A.T.s realmente curiosos... Comentó, mientras erguía su cuerpo, para ver la reacción del chico, no tenía la menor idea de si era un A.T. o simplemente un tipo de zapatos nuevos que venderían en poco...

Guardó el pañuelo nuevamente donde estaba y le siguió en aquel paso alargado por cortos deslices, se acomodó las gafas al empujarlas con el dedo medio dejando su mano extendida delante de su rostro por un instante antes de bajarla. Escuchó sus palabras manteniéndose atento a que no perdiese el equilibrio o similar dando cortas miradas a sus patines y como los usaba teniendo en cuenta el golpe en su cabeza. La pregunta le sacó un poco de lugar aunque sonrió amablemente - Ah, son ATs de esferas. Un capricho. – completó a modo de cortar el tema.

Volvió a mirarlo con preocupación, la gente ya se alejaba aunque el BMW azul aún en medio de la calle hacía que los demás autos debieran de rodearlo y algunos tocaran la bocina, cosa que no parecía tomar en cuenta el castaño. - Enserio me dejaría más tranquilo si lo llevo a su casa o al hospital, una contusión cerebral no es cosa para andarse a la ligera, señor… - dejó sus palabras en el aire esperando que él completara la frase con su nombre.

Finalmente pudo tenerse en pie sin necesidad de agarrarse del auto que estaba a su lado, llevó una de sus manos a la nuca y se rascó la cabeza como si intentara comprender el tipo de respuesta que le dio el castaño al preguntarle sobre los A.T.s aunque con saber que si lo eran fue suficiente para él, realmente una clase tan sofisticada no se veía todos los días…

Los autos pasaban al lado del BMW tocando sus bocinas, como si no tuviera suficiente con que casi lo atropellan y todo lo que sucedió en esos últimos 10 ó 20 minutos, tenía que soportar el ruido que hacían el resto de carros, realmente era molesto todo ese ruido, le hacía doler de nuevo la cabeza…

Está bien vamos… Aceptó ir al hospital, no le gustaba la verdad la idea pero no había de otra… Pero quiero ir usando los A.T. no me gustan mucho los autos… No sentía confianza usando los autos, sus padres habían muerto en un accidente de tránsito y la verdad siempre le había disgustado esa fue otra de las razones por las que comenzó con los Air Trek…

Suspiró cuando le escuchó decir que irían patinando, no es que le molestara pero para él implicaba estacionar el auto, ir al hospital y luego volver por el auto. Ni modo, así sería - Bien, pero sube unos minutos, debo estacionar en algún lugar… legal. – dijo mirando su auto con una media sonrisa, atravesado en medio de la calle no podía dejarlo. Torció el gesto cuando vio la abolladura en el capó. Si en la base lo veían seguro le tomarían el pelo… ¡LA BASE! Debía ir allí. Beno, nada que no se arreglara con un mensaje de texto.

Caminó hacia el auto, por la parte del acompañante y le abrió la puerta esperando que aceptara. Por más que al rubio no le gustaran los autos serían solo un par de minutos para que fueran media cuadra y lo dejase en un estacionamiento.

Le pareció raro que le tuvieran tanta consideración, luego de haberle abollado el auto lo que menos esperaba era una reacción ofensiva pero hasta le abrió la puerta del acompañante, era innecesario pues él solito lo podría haber hecho aún cuando todavía se sentía algo confundido...

Subió al auto y se sentó mirando a los lados, tenía hasta decoración en el auto, eso era tener dinero...? Se preguntó aunque a él no le interesaban esas cosas podría tal vez disfrutar de eso por unos instantes antes de volver al calor de fuera...

Por cierto... Se le había olvidado, en realidad no tenía la mente puesta en la tierra, aún mantenía su mente volando por algún sitio, luego de lo que sucedió era difcil evitar pensar lo bien que se sentían los Air Trek... Me llamo Kael... Su nombre era muy largo como para dar una presentación, así que sólo era mejor el diminutivo así le llamaban sus conocidos y realmente no le importaba si alguien que conocía de unas palabras le llamase así...

Luego que el rubio subiese el castaño lo imitó por la puerta del conductor. Lo bueno de aquellos ATs era que no le incomodaban para manejar, quizás esa sea la razón por la que no utilizaba ATs convencionales o al menos una razón que podría poner de escusa. Encendió el motor y metió primera, era un auto de cambios convencionales. Sonrió al escuchar su nombre y procuró gravarlo en su mente, ya tendría tiempo más tarde para investigar al respecto.

El auto avanzó primero lentamente y luego reingresó al transito - Un gusto, soy Yasuyoshi Sano – Si bien no había negado ser un Stormrider si había omitido el detalle y ahora lo recalcaba en decir un nombre y no su alias. No se estaba escondiendo pero si el rubio no lo reconocía, mejor para él - Deberías prestar más atención a la calle, es peligroso cruzar sin mirar a ambos lados. ¿Ibas muy distraído? – El accidente no había sido culpa completa del rubio, pues el auto no iba exactamente a una velocidad legal, pero en parte el castaño quería ver que tan atento estaba a su entorno.