¡Y el ganador es...!

[Privado; viene de Viaje al centro de Japón en Crucero.]

El viento le azotaba el cabello y veía como todo pasaba a su lado a una velocidad impresionante. Había gente que se detenía a verlo cruzar y otros que lo insultaban, lo cierto es que tenía un proposito y quería ganar esa pequeña carrera. Carrera que había empezado hacía ya 30 minutos. Zap y Moon habían decidido tomar la ruta 2 y 5, Pyrus se había decidido por la ruta 3 y tenía grandes probabilidades de ganar. Tenía su auricular puesto, esperando algún anuncio o llamada de alguno de sus parientes, mientras él dejaba que la sensación de vuelo embargara todo su cuerpo. Usó las barandas de una pasarela para sobrevolar sobre unos carros que formaban una pequeña cola, motivados por un semáforo y mucha gente lo había señalado por eso, Lysander estaba acostumbrado, en Irlanda siempre lo habían hecho y sabía que Japón (aunque fuera la meca de los Stormriders) no sería muy diferente a su pueblo natal.

Izquierda, derecha, derecha otra vez y luego izquierda, se estaba aburriendo de esas intersecciones y deseaba usar su elemento preferido, así que aceleró lo más que pudo y en una bifurcación que había en la cual las dos rutas le llevarían al mismo lugar, prefería seguir en línea recta, así que a escasos metros de la pared, saltó y subió por la fachada de ese edificio para sorpresa de muchos transeúntes que lo señalaban y gritaban. Casi le vuela la cabeza a un chico que estaba asomado en una ventana y escuchó como le gritaba en japonés, estando seguro que le estaba diciendo hasta del mal que se iba a morir, pero eso no le importaba. Llegó a la cornisa del edificio e hizo equilibrio con sus dos brazos, antes de dar un giro y dejar que sus AT tocaran el suelo del techo y seguir su camino. Veía al Hotel en frente y no había recibido ningún mensaje de sus primos y su rastreador no le avisaba la cercanía ni de Zap, ni de Moon, así que asumía que sus caminos se habían prolongado. Estaba rebosante de felicidad y sabía que iba a ganar, pero detectó un movimiento con su vista periférica. Se movía a gran velocidad y en pocos segundos descubrío que era. Un Stormrider... "Excelente, justo lo que estaba buscando... ya me estaba aburriendo" pensó mientras aplicaba el freno sobre la azotea de un edificio a mitad del camino al hotel. El Stormrider rodó unos cuantos metros más antes de detenerse. No tenía ningún traje o logo que pudiera considerarse así que era un ST independiente. Pyrus sonrió y se pasó la lengua por los labios, saboreando la victoria. Se tronó los dedos y sonrió.

El ST rival aceleró y saltó, precipitandose sobre él amenazandolo con golpearlo con sus AT. Pyrus hizo una pirueta de espalda, esquivando el golpe con un movimiento ligero y ágil. El ST hizo un gesto de frustración a la vez que le lanzaba otro ataque a Pyrus. El chico lo esquivó un par de veces más y volvió al lugar donde se había detenido la primera vez, el ST ya estaba bastante molesto y Pyrus ya se había aburrido de esquivarlo, así que en el único momento en que el rival decidía detenerse, fue el momento en que aprovechó de arremeter contra él. Aceleró sus AT y usando una especie de rampa en la azotea donde se encontraba, se elevó por los aires girando a mucha velocidad. Apuntó al rival y se lanzó sobre él, dando giros a mucha velocidad, con los ATs en punta. El rival lo esquivó por pocos centímetros, golpeó el suelo con los AT y usó el rebote para alcanzarlo, lo tomo de una pierna y le dio un fuerte golpe con su AT, usandolos como la cola de un escorpión y lanzándolo contra un grupo de cajas que había sobre la azotea de un pequeño restaurant. Hizo una ágil pirueta y se posó al lado del sujeto, lo miró y solo murmuró: -Es malo acechar a alguien desconocido amigo... así que, mayor suerte para la próxima. Mientras me llevaré tu gorra, me gusta bastante... muchas gracias- hizo un gesto con la mano y emprendió su viaje de nuevo hacía el hotel. Había perdido unos minutos valiosos que ellos podrían haber aprovechado para adelantarse y ganarle, así que aceleró con todo lo que podía sus AT y cuando faltaban dos edificios para llegar, usó una nueva rampa y voló. Voló como nunca había hecho y sorteó ambos edificios, giró un par de veces y aterrizó enfrente del hotel, con un movimiento fluido y relajado, casi con pereza. Se quitó los lentes y recorrió el lugar con la mirada: -No escuchó la voz de Moon y no hay rastros de destrucción por parte de Zap... creo que gané- murmuró y dibujó una gran sonrisa. Primera carrera en Japón y primera victoria para Lysander "Pyrus" Black. Ya quería ver la cara de su hermano...

Luego de ver como Moon se perdía entre la gente y como Pyrus volaba por la pared mas cercana, Zap se dio cuenta de que ya estaba en bastante desventaja. Aceleró a fondo con un simple movimiento de los talones pero sin soltar del todo el freno, haciendo girar el aire alrededor de sus AT. Cuando la presión de aire en las almohadillas internas de sus AT llegaba a la mitad de sus capacidades, levantó su pie derecho y, luego de dos vueltas a velocidad tope soltó el izquierdo. El impulso fue suficiente para mandarlo como una bala contra el edificio más cercano, pero ya había extendido la pierna derecha en su contra, y apenas hizo contacto lo desvió hacia la esquina. La potencia que recibió el motor de sus AT al impactar contra la pared los habría fundido, de no ser por las almohadillas de aire que contenían. Mantenían los AT refrigerados el ciento por ciento de las veces, y le proporcionaban una aceleración extra.

La ruta dos, que era la que él había escogido, se encontraba justo entre los rieles del tren y una zona de comida rápida, bastante transitada. Saltó, impulsándose con una de las paredes y llegó al nivel de los trenes, uno de los cuales venía en la dirección contraria a la de Zap. De no ser por la baranda que tenía mas cerca, su estancia en Japón habría sido ridículamente corta. Se lanzó contra la baranda, pegado a ella por completo, y esperó a que el tren pasara por completo. “Primera nota mental: los trenes de Japón son silenciosos” se dijo a si mismo, aliviado de que solo fuera el viento lo que lo golpeara en la cara. Cuando el tren terminó de pasar, había 2 Stormriders parados en la estación, observándolo divertidos. Y estaba seguro de que no estaban allí antes de que pasara el tren. “Segunda nota mental: Los Stormriders japoneses también son silenciosos” se dijo, y saltó hacia la plataforma.

No había razón para provocarlos. Tenía una carrera que ganar y sabía que contaba con la desventaja de no conocer el terreno, por lo que simplemente pasó entre ellos, para retomar su ruta. Uno de ellos escupió en sus AT, y dijo tres palabras en japonés que Zap no entendió pero que debían ser muy graciosas, puesto que el otro soltó una sonora carcajada. Por desgracia, la carcajada se apagó cuando el AT de Zap se estrelló contra su torso y le sacó todo el aire del estómago. El otro sujeto no lo pensó dos veces y atacó. Lanzó una patada que cortó el aire justo sobre la cabeza de Zap, que se agachó a tiempo. Desde donde estaba, tenía un ángulo perfecto para golpear al Stormrider, pero no contó con el que, supuestamente, ya estaba fuera de combate. El del primer golpe se había aferrado a la pierna de Zap, y usando sus AT aceleró para lanzarlo contra la pared.

La espalda de Zap dio contra el anuncio de alguna bebida japonesa que no conocía, pero pudo reponerse a tiempo para caer de pie. El que había recibido la patada sangraba por la boca, pero no parecía tener ganas de irse al doctor. Zap comenzó a acelerar de nuevo sin soltar los frenos, acumulando aire en sus AT.

Imprudentemente, el primero de los corredores se lanzó contra Zap sin siquiera cubrirse, mientras el segundo se desplazó mas hacia la derecha. Esperaban que Zap atacara a uno de ellos para que el otro se hiciera con el premio, lo que habría funcionado de no ser porque Zap y Pyrus sabían usar esa maniobra, y definitivamente mejor que ellos. Lo primero que hizo, fue lanzar una patada contra la pared que tenía detrás, lanzándose de golpe contra el que tenía en frente. Justo antes de estar a nivel de atacar, lanzó una patada de izquierda a derecha con toda la potencia que había acumulado en las almohadillas. El golpe bastó para romper dos o tres costillas, y además lanzó al Stormrider contra su sorprendido compañero, que no supo ni qué lo había atropellado. La fuerza que había usado fue tal que lanzó a ambos sujetos contra un poste de madera bastante desgastado, que cayó sobre el tren que esperaba pasajeros y se hizo añicos.

Un montón de japoneses comenzaron a correr mientras las luces fallaban, debido al poste que Zap había derribado, y los dos Stormriders estaban inconscientes. Aún sonriendo, Zap se impulsó con la pared y cruzó por encima el Caos que él mismo había creado, preguntándose si esa pequeña distracción le costaría la carrera.

Moon fue la primera en iniciar la carrera y tomar una de las tantas rutas que marcaba el mapa hacia su hotel, la cinco, para ser específicos, y sólo porque tuvo la corazonada de que esa sería la más interesante. Iba por la periferia de la ciudad, entre callejones y calles estrechas, lo que indicaba que la mayoría de Stormriders estarían por ahí. "Las ratas siempre se esconden en los lugares más difíciles", pensó la chica, divirtiéndose con la mera idea de conseguir algunas 'presas', el resultado de la carrera contra sus primos en segundo lugar. Ahí era cuando el resto de la humanidad decidía que su concepto de 'diversión' era completamente retorcido, pero a Fletcher nunca le había importado mucho el resto de la humanidad.

Destruyó algunas cajas tiradas a mitad de la calle e incluso aprovechó para afilar las cuchillas traseras de sus ATs contra un poste de luz defectuoso. Se detuvo a observar el paisaje por un momento desde arriba del poste, Japón ciertamente era muy distinto a Irlanda, y hasta donde ella sabía, dabía estar repleto de Stormriders, pero no había visto a nadie usando ATs aparte de un trío de señoras haciendo sus ejercicios vespertinos. ¿Habría escogido la ruta incorrecta? Eso la tenía frustrada, había tomado aquel camino basándose en una corazonada y aún no había mostrado ningún resultado. La frustración se estaba apoderando de Fletcher, y eso nunca era bueno. Si las ratas no querían salir por su cuenta, ella misma se iba a encargar de sacarlos. Siempre había preferido no llamar mucho la atención, sin embargo la ocasión requería que esta vez fuese tan ruidosa y notoria como sus primos; se mantuvo andando sobre los techos de las casas, golpeando fuerte con sus ATs, e incluso una vez utilizando la cabeza calva de un hombre que le estaba gritando como apoyo. Sabía que más de uno debía estar insultándola, y de haber querido se habría detenido a escucharlos, pero estaba más interesada en la música que salía de su teléfono celular.

Finalmente, toda la estrategia dio resultado. Un par de tipos con el rostro cubierto por cascos de motociclista habían salido a su encuentro. No tenían ninguna insignia ni señal que delatara que pertenecían a algún equipo. "Los matones del barrio...". Tendría que esperar un tiempo hasta tener un duelo de verdad, pero de momento, aquellos dos estaban bien. Cada uno de los stormriders se colocó a su lado, y antes de que tuvieran oportunidad de atacarla, ella frenó en seco, luego golpeándolos en el estómago con la ráfaga de aire comprimido que liberaron sus ATs y haciendo que tambalearan. Mientras intentaban recuperar su equilibrio, había llegado el momento de que Moon tuviera algo de diversión. Apoyándose sobre el pie izquierdo y con la otra pierna completamente perpendicular, comenzó a girar en torno al par de desafortunados atontados, y lo que ocurrió después fue como meter un trozo de fruta en una licuadora. La carcajada de Fletcher debió escucharse en tres manzanas a la redonda, aquello había sido muy divertido.

Reemprendió su camino alegremente, ahora sí podía concentrarse en llegar al hotel. - Otra chaqueta perdida... -, se dijo a sí misma haciendo un puchero tras notar las manchas de sangre en su ropa. ¿Por qué casi todo su sueldo tenía que irse en reemplazar su ropa? Dejó escapar un suspiro, ignorando la sangre que le había salpicado el rostro, y saltó sobre un par de edificios pequeños para volver a su ruta.


[[A PARTIR DE AQUÍ, THREAD PÚBLICO]]

Estando de pie en el techo del vagón del tren en el que se había subido, Zap intentaba descifrar el mapa que tenía en las manos. – No debí desviarme a buscar un baño. Debí aguantar hasta el hotel… - se decía a si mismo, puesto que aunque hubiese gritado, la velocidad el tren no habría dejado que se escuchara ni una sola palabra saliendo de su boca. En una de las curvas, perdió el equilibrio y el mapa se le escapó de las manos mientras intentaba no caerse. “Genial” pensó, y comenzó a buscar el hotel por encima de los techos de las casas. Le pareció ver algo que se parecía bastante a la foto del hotel que estaba en el folleto, pero estaba tan lejos que tenía que enfocar bastante la mirada. Mientras observaba, se percató de un par de figuras que sobrevolaban los techos cercanos al edificio que se parecía al hotel. Una de las figuras era mujer, eso se notaba por la silueta del cuerpo, y la otra era definitivamente masculina.

- Joder, Fletcher y Pyrus tomaron la misma ruta… así no se vale… - se dijo, mientras saltaba del tren y utilizaba los postes de luz (esta vez, sin romperlos) para llegar hasta donde se encontraban sus primos. Sin embargo, cuando se encontraba a veinte metros de distancia, se dio cuenta de que no eran ellos. Ya era demasiado tarde para huir, aunque de todas maneras no lo habría hecho. “quizás esto es una señal. Podría pedirles la dirección del hotel” pensó, imaginándose que no todos los Stormriders debían ser agresivos… por desgracia, en Irlanda era así, y dudaba que en Japón fuese diferente.

Saltó hacia el edificio contiguo y se desvió para llegarles por detrás. Una vez que estuvo lo bastante cerca, lanzó una patada liberando un poco de aire de las almohadillas, lo que hizo sonar un pequeño ‘Puff’ que llamó la atención de los riders. Cuando lo escucharon, se detuvieron en seco. La chica lo miró de arriba abajo, pero el muchacho, no mayor de 13 años, no le quitaba la vista de los AT. – Extranjero – dijo la muchacha. – ¡Así que hablan español! Justo lo que necesitaba. ¿Podrían decirme donde queda el hotel Olympia? – Preguntó, manteniendo la pierna derecha presionada contra el suelo. Era una chica linda, pero confiarse no entraba dentro de sus planes, cuando menos no por ahora. – Air Trecks – dijo la chica, señalando los pies de Falco. Decididamente era una mujer de pocas palabras. El muchacho se le fue encima, muy tontamente a juzgar por la forma en que se resbaló en primer lugar. El chico no debía tener ni un mes usando sus AT, y al parecer los de Falco le parecían bastante bonitos.

Acelerando en retroceso, Falco llegó al borde de la azotea en la que se encontraba, se dio media vuelta y saltó al edificio mas cercano. A juzgar por la boca abierta del chic, sabía que aunque quisiera no podría realizar ese salto. Pero el chico era lo que menos le preocupaba, puesto que su hermana (o eso suponía Falco) ya había saltado y se le abalanzaba encima. Había saltado desde su posición inicial, apenas utilizando un metro distancia como impulso. Definitivamente, esa chica seguía el Wing Road. Retrocediendo de nuevo, Falco logró esquivar las primeras dos embestidas de la muchacha antes de decidirse por el plan de acción a seguir. Luego de agacharse para esquivar una patada particularmente acrobática, Falco comenzó a absorber el aire con sus AT, y cuando la almohadilla delantera estuvo lo suficientemente llena, lanzó el aire a presión en contra de la muchacha. Antes de que pudiera darse cuenta de que estaba pasando, la chica salto, usando el propio aire como impulso, y aterrizó 3 metros detrás de Falco. Bastante impresionante, a decir verdad, pero era justo lo que Falco había planeado.

Sin siquiera voltearse, Falco aceleró a fondo con los AT, liberando por completo el aire en las almohadillas traseras para generar el famoso 'Fried Chicken' que tanto le había costado aprender. Las tejas del techo comenzaron a desprenderse debido a la presión, y salieron disparadas contra la chica. Una, dos, tres, cuatro tejas fueron a parar al cuerpo de la muchacha, lanzándola un metro hacia atrás contra la pared, dejándola inconsciente. Por desgracia, el techo no soportó mucho, y un agujero se formó debajo de los pies de Falco. Cayeron dentro de la residencia, que al parecer estaba deshabitada, y la muchacha estaba por ser sepultada por los escombros. Acelerando a fondo, Falco logró sacarla antes de que una de las vigas se le desprendiera encima. Regresó con el hermano de la chica, teniéndola en brazos, aún inconsciente y llena de polvo. El chico estaba bastante asustado, pero también bastante agradecido.

- ¿Sabes donde queda el hotel Olympia? – preguntó de nuevo, depositando a la chica en los brazos del otro. El muchacho la apoyó contra la pared, se subió (con ayuda de Falco) a la parte mas alta de la azotea, donde estaban las antenas, y le señaló un gran edificio con dos grandes letras chinas, que debían ser H y O. Falco cargó al muchacho y lo regresó con su hermana. Ante los ojos del chico, el misterioso hombre de amarillo era un gran Stormrider y además una excelente persona. Ante los ojos de Falco, había sacado de esa pelea dos billeteras, un reloj, un teléfono celular, un collar y un cupón para una cena gratis en un restaurante de Ramen.

[Permiso~]



Casualidad podría decirse que fue lo que decidió que la joven de largos cabellos, recogidos en una coleta en esa ocasión, fuese testigo de la pequeña batalla, si es que podía recibir tal denominación, que se efectuó entre una rider y alguien que, por lo visto, no era del lugar pero que conocía bien el sendero que seguía. El sendero de la Devastación según podía observar aquella muchacha que, sin mucho esfuerzo y sin siquiera activar sus trecks, había subido a una azotea cercana para ver el combate, teneindo sus manos enfundadas en los bolsillos de su vaquero, sus orbes tras sus lentes de sol y su cuerpo ataviado con ropas de color azul claro.

Observaba en silencio, mirando de vez en cuando al muchacho que también se convirtió en espectador de la corta pelea entre el extranjero y la mujer de pocas palabras aunque, en verdad, no les observaba a ellos, sino a sus air treck, prestando a esas "herramientas" mucha más atención que a aquellos que las portaban y utilizaban. Poniendo especial énfasis y ningún disimulo en su casi descarada mirada a los patines de los que gozaba el varón de azules ojos.

Una sonrisa y un leve sonido similar a un silbido de aprobación fue cuanta expresión y gesto dejó ver la ojiazul ante el trick del moreno. Digno del sendero que el joven recorría, pese a no ser lo bastante digamos... Poderoso como para que la joven, críada con el mismísimo rey del susodicho sendero, se impresionase.

- ¿No te da verguenza robarle a un par de críos? -fue cuanto se dejó oír justo al lado del chico, llamando la atención de este para que, al girar su rostro hacia la izquierda, viese a la afinadora, aunque no esperó respuesta alguna por su parte, pues tampoco pensó que le respondería algo serio, pese a que tampoco buascaba una contestación de tal tipo.

- See ya~ -canturreó guiñándole un ojo con una leve sonrisa haciendo un gesto con su mano a modo de despido con solo sus dedos índice y corazón juntos y, junto al pulgar, sin empuñar antes de alejarse un poco de él y dejándose caer sobre otro edificio cercano y acelerando debido a la sola presión provocada por la caída sobre las ruedas de sus trecks recientemente activados. Se dirigía, irónicamente, hacia el mismo sitio que el varón, aunque no porque fuera su destino, tan solo le pillaba de camino.

[[Ok, yo sigo en el Hotel]]

Habían pasado veinte minutos y no había percibido una señal de ninguno de sus familiares. En su rastreador seguían sin aparecer las señales de Zap o Moon y eso le comenzaba a preocupar. Ellos nunca habrían dejado de completar una competición, por más cosas que se les atravesaran y comenzaban a preocuparlo. Estaba sentado en una jardinera, jugando con la gorra que acababa de obtener cuando una ráfaga le pasó por al lado. Creía que era uno de sus familiares, pero se dio cuenta que su rastreador no había pitado y se levantó de un salto. Sintió algo caliente que le corría por la mejilla y observó hacía el lugar donde había venido la ráfaga y se sorprendió. Habían tres o cuatro Stormriders junto al chico que había apaleado hacía veinte minutos. Ese "rival" era pequeño al lado de los cuatro SR que lo flanqueaban, ataviados de una chaqueta de cuero negra y unos lentes oscuros. Tenían caras de malo y parecían bastante molestos. Pyrus los miró y dibujó una sonrisa: -Vaya, los japoneses si que son malos perdedores...- dijo mientras se colocaba la gorra y le hacía seña a los SR de que lo atacaran.

Tres de los monigotes se lanzaron hacía él, pero se golpearon unos contra otros ya que Pyrus se encontraba muchos metros por encima de ellos, lanzó una patada y marcó una de las columnas del lobby del hotel, para que sus primos supieran que ya había llegado. Hizo una pirueta en el aire y esquivó un ataque furtivo de los dos SR que habían quedado libres. Volvió a sonreír y cayó de pie, les hizo un gesto obsceno y dijo: -Vamos japoneses... creo que tienen algo mejor...- acumuló aire en sus AT y saltó hacía la azotea del pequeño edificio que quedaba enfrente del hotel. A todas estas, el tráfico estaba detenido y todos miraban asombrados lo que pasaba en esa zona. Algunos lo señalaban a él y otros le gritaban improperios y le daban cornetazos. Pyrus ignoró eso y comenzó a desplazarse por las azoteas. Escuchaba los ATs de sus oponentes y eso solo le daba más entusiasmo a enfrentarlos, pero necesitaba un lugar donde no hubieran tantos mirones y sabía que lugar era perfecto. Llegó al amplio techo del restaurant, que estaba rodeado de algunas paredes de mediana altura y se detuvo. A los pocos segundos llegaron los demás y lo rodearon.

Comenzaron a decirle cosas en japonés y él simplemente se colocó los lentes, se cerró la chaqueta y sonrió diciendo: -Showtime!- dos de los monigotes se lanzaron contra él, ataque que esquivó ágilmente saltando con el aire acumulado de sus AT, aprovechó el momento y la ubicación para dar un giro de 360 grados y hacer su "Pyro's Whip", dándoles un golpe en la espalda a ambos SR que golpearon fuertemente contra el suelo. El calor de la corriente de aire hizo que la chaqueta de cuero de uno de ellos se rajara en la espalda. Los otros tres SR se lanzaron hacía él, pero con el efecto remanente de su Pyro's Whip, se elevó un poco más e hizo un par de piruetas para esquivarlos. Tomó a uno de los matones y aprovechó la altura para arrojarlo contra los otros dos. Los SR trataron de esquivarlos, pero solo el pequeño que había atacado hacía rato logró esquivarlo. Los dos grandullones cayeron con un fuerte impacto e inclusó llegó a escuchar el crujido de un hueso partirse, Pyrus sonrió y aterrizó frente al asustado pequeño. Lo miró y dijo: -¿Querías vengarte? No te funcionó pequeño...- el muchacho comenzó a alejarse, pero Pyrus -concentrando el aire en sus AT- volvió a saltar y aplicó un "Pyro's Whip" que lanzó al muchacho contra la pared, pegando la cabeza primero y dejándolo inconsciente. Pyrus sonrió y se acercó a uno de los monos que se quejaban y tomó una de sus chaquetas, la miró y dijo: -No es mejor que la mía, pero servirá para mi colección... Sayonara!- saltó con una pirueta hacía atrás y se dirigió de nuevo al hotel "Espero que ya estén ahí..."

Fletcher sabía que ya Pyrus debía estar en el hotel, y en otras circunstancias, que el más aburrido de sus primos le hubiera ganado habría sido suficiente para causarle una úlcera, sin embargo, ella misma era quien había decidido saltarse la carrera por algo de diversión, así que nada de humo saliendo por sus orejas. Seguramente Lysander debía estar buscándolos con su "rastreador", o su "detector de Esferas del Dragón", como lo habían bautizado Falco y ella, y le causaba mucha risa que el otro chico aún no hubiera notado que ellos dos habían saboteado su aparato en cuanto tuvieron la primera oportunidad. Definitivamente, Pyrus era filósofo, no tecnológico, pero era el más rápido de los tres (o al menos en teoría); en cambio Zap era más como Moon, y ambos solían desviarse de su objetivo original si algo se aparecía en la vía, más viscerales y menos racionales, así que por eso sabía que era por él por quien debía preocuparse.

Estaba bastante cerca del hotel, a unos 200 m a lo sumo, cuando logró escuchar un alboroto un par de cuadras a su derecha, y tuvo el presentimiento de quién había sido el culpable. Presionó el segundo número del marcado rápido de su celular, y cinco segundos después ya estaba conectada. - Oye Lys, ya que estás en el hotel, ¿podrías chequearnos? Habitación 274, los del crucero ya debieron enviar nuestro equipaje. Yo voy a evitar que tu hermano vaya a la carcel. Bye! -, y cerró la tapa del aparato sin darle tiempo a su primo que contestara. Si en verdad el causante de aquél alboroto era Zap, no sería tan difícil encontrarlo. Ignorando el hotel, se dirigió hacia donde había escuchado el ruido, y en efecto pudo ver las evidencias de la destrucción. Si aquello no era obra de su primo y el sendero de la Devastación, entonces ella era rubia.

A Moon no le sorprendió para nada encontrar a su primo en la parte alta de una azotea, rodeado de escombros y con una sonrisa idiota en el rostro, generalmente era así como lo encontraba antes de halarle las orejas y salir huyendo para que la policía de Dublín o la ciudad de turno no los agarrara. No, lo que la sorprendió fue la otra chica que estaba junto a él, y aunque no logró captar lo que le decía, sí notó cómo se despedía de él con un gesto travieso. ¿En qué se había metido?

Se acercó hacia Zap sigilosamente y le dio un ligero golpe en la pantorilla con sus ATs. - ¿Ahora cuánto voy a tener que pagar de fianza por tu culpa? -, le dijo, con una mirada de reproche.

Iba contando el botín que acababa de ganar cuando una chica le habló. En un principio, pensó en atacar, pero prefirió darle el beneficio de la duda. Al parecer, la muchacha tenía rato observándolo, puesto que mencionó su robo. Odiaba que lo llamaran ladrón. El solo “aprovechaba oportunidades” y eso es muy diferente. La chica se despidió y siguió su camino, que curiosamente era el mismo que él seguía. Justo cuando estaba por acelerar, para seguirle el juego a la muchacha, sintió un pinchazo en el tobillo. Fletcher estaba junto a él, y al parecer se había divertido tanto o más que el propio Falco. El pinchazo se debió a que su prima no había cambiado sus AT al modo “normal”, por decirlo de alguna manera.

- ¡¡Auch!! Oye, la licuadora se desmantela cuando terminas de hacer el jugo... por cierto, límpiate la cara, te salpicó el tomate – le dijo, señalándole el lugar donde una mancha, que no era precisamente de tomate, saltaba a la vista. – y pues, depende de si quieres esperar o no a que llegue la policía. - Mientras decía esto, aguzó el oído, pero no escuchó nada. Al parecer la policía también era bastante lenta aquí.

Aceleró un poco para seguir a la chica y se sacó del bolsillo el cupón de Ramen. Sin girarse lo soltó, sabiendo que su prima era lo bastante capaz de atraparlo en el aire de la ciudad. – Es para Ramen, sé que te encanta y que te da hambre después de comer – se volvió solo para guiñarle un ojo a su prima, justo antes de dejarse caer de la azotea para terminar la conversación que dejó pendiente con la otra muchacha.

El impacto contra el suelo del siguiente edificio bastó para propulsarlo hacia delante y, luego de un par de patadas y saltos, se encontraba junto a la chica. – es de mala educación observar peleas ajenas y no presentarse… y no estaba robando, estaba sacándole algo de provecho a la pelea. – le dijo, también sin mirarla y solo cuidándose del camino. Sabía que Fletcher los seguía, y no porque tuviese el radar del dragón de su hermano, si no porque podía escuchar las cuchillas estrellar contra el piso tras ellos. – por cierto, me llamo Falco, es un placer. – en este momento si se giró hacia la chica, y le dirigió la típica sonrisa de ‘te acabo de conocer’.

Aceleró un poco, pero no lo suficiente como para dejarla atrás, por ahora. – Mi prima, mi hermano y yo, somos nuevos en la región, y al parecer eres la única que nos ha dado un buen recibimiento. ¿te molestaría darnos la bienvenida a los tres, como se debe? Estamos en el hotel Olympia. La loca que viene detrás de nosotros y mi hermano estarán allá. – esta vez si aceleró, llegando de un salto al patio del hotel, donde había varias personas reunidas. Una de ellas lo señaló, dijo algo en japonés y luego señaló una marca en la pared que, obviamente, había sido hecha con AT.

Solo le bastó ver eso para saber qué pasaba. Se dirigió al hombre mejor vestido, cuyo chaleco tenía la insignia del hotel, suponiendo que era el gerente. – escuche, sé que soy idéntico a quien hizo esto, pero yo no fui. Fue mi gemelo, que está a punto de llegar.. mírelo, ahí viene – dijo, señalando hacia el techo mas cercano, del que Pyrus venía bajándose.

Empezó a patinar de espaldas aún estando sobre las azoteas, pudiendo así ser testigo de como el moreno era golpeado y casi tirado al suelo por una mujer, bella había que añadir, y más o menos de la misma edad a ojos de la muchacha. La verdad es que tenían suerte que los G-Men no se hubieran movilizado ya pues tres extranjeros con AT que bajaban de un barco hecho trizas llamaba mucho la atención. Y no es que los tres fueran muy silenciosos la verdad...

Cuando notó que la conversación entre ambos terminó volvió a enderezarse, saltando a una nueva azotea haciendo alguna corta pirueta durante dicho salto, no porque la necesitase, simplemente le gustaba moverse en el aire, y no tardó mucho en ser acomopañada por el ojiazul de quien, al escuchar su comentario sobre la presentación, no pudo hacer más que reír divertida, recatada eso sí, sin quitar las manos de sus bolsillos acelerando hasta llegar de nuevo a su altura cuando él hizo ademán de dejarla atrás.

- Eso sería en tu ciudad pequeño... Esto es japón. Tienes a muchos más riders que yo oservando tus pasos. No eres muy sutil que digamos... -dijo sin quitar la sonrisa divertida de sus labios ni su vista de reojo del varón, pues quizá en esos instantes no, pero pronto no tardaría en ser el centro de atención de algunos riders al igual que su prima y hermano. Eran nuevos, clase F suponía y un poco talentosos, pero lo que más llamaría la atención serían sus air treck.

- Penance puedes llamarme... Y yo de vosotros tendría cuidado, muchos os retarán solo para querer tener vuestras parts -fue lo último que dijo antes de que el varón se adelantara a la entrada del hotel, parándose ella en la azotea de enfrente. Lugar donde podría ver y escuchar a la perfección las conversaciones que el extranjero tendría, ya fuera con la morena que iba tras ellos, con el gerente del hotel o el también nombrado hermano que no tardaría en aparecer. Esperaría a que los problemas que les plantearía el gerente terminasen antes de aparecer ante los tres, le resultaban altamente curiosos, sobre todo los patines que portaban. Hacían un sonido delicioso...

- "Una familia divertida..." -pensó para sí volviendo a reír un poco, quizá permitiendo a la fémina escucharla si pasaba cerca suya en ese momento, aunque puede que, de tener cercanía con ella, no saliera sin algún corte o dolor como le había ocurrido a los que se interpusieron en su camino. Pero eso no parecía importunarla pues, aún sabiendo el posible sendero que ella seguía, desconocía a cuantos podría haber dejado para el arrastre, solo teniendo una mínima referencia por la sangre del rostro de esta.

Un cupón de ramen. Un simple cupón de ramen. ¿El aire de Japón había vuelto aún más idiota a Falco que ahora era capaz de creer que algo así iba a calmarla? Si bien era cierto que le gustaba el ramen, y que uno preparado al momento tenía que ser infinitas veces mejor que una taza de fideos para microondas, Fletcher, a diferencia de su primo, no vivía su vida en base a la comida. La chica cerró los ojos, soltó un suspiro furioso y tomó el trozo de papel mientras aún flotaba en el aire, apretándolo con el puño al tiempo que salía en persecución de Zap.

Su primo hablaba con la chica que había visto minutos antes, o al menos eso parecía con la distancia que los separaba, y Moon se tomó un momento para detallar en su técnica. "Al fin alguien que sabe lo que hace", pensó, y era un cambio agradable que la muchacha no estuviera buscándoles pelea. Estaba empezando a olvidar el asunto del cupón de ramen conforme se acercaba al par que le llevaba ventaja cuando escuchó a su primo: "- La loca que viene detrás de nosotros y mi hermano estarán allá -", tras lo cual él dio un salto hasta el hotel, seguramente a causar aún más desastres. Loca. Uno de los Black no llegaría ileso al próximo amanecer, ella se encargaría personalmente de ello.

Frenó en la azotea frente al hotel, justo a tiempo para escuchar a la otra Stormrider reir ligeramente, aunque prefirió hacer como si no hubiese notado nada. Detuvo la música de su teléfono celular y hurgó por unos instantes en su mochila, sacando un pañuelo húmedo y una tarjeta que guardó en el bolsillo trasero de sus jeans. Para quien la hubiera visto actuar un rato antes, el pañuelo no habría tenido ninguna explicación, pero aún cuando seguía el sendero sangriento, y le encantaba, Fletcher seguía siendo una dama, y una dama no puede andar por ahí con la cara manchada de sangre, motivo por el cual siempre empacaba suficientes paquetes de pañuelos húmedos entre su equipaje. Antes de torturarlo, le agradecería a Falco avisarle de ese "error de maquillaje".

- ¿Te molesta si te acompaño a observar? -, preguntó cortésmente a la otra muchacha mientras se acercaba hacia ella. Para evitar cualquier accidente, golpeó ligeramente la rueda trasera de sus ATs contra el techo, haciendo que las cuchillas se replegaran inmediatamente y devolviéndoles la apariencia de unos inocentes patines. - Disculpa si el tarado de mi primo dijo algo inapropiado, hemos intentado encerrarlo pero siempre se escapa -, bueno, al menos ella y Lysander lo habían intentado. Al frente, en el hotel, el mencionado ya estaba disculpándose con el gerente por daños a la estructura, aunque le iba a costar demostrar su inocencia. Fletcher lo observó por algunos instantes, tenía derecho a tomarse su tiempo antes de ir a solucionar el asunto, tras lo cual negó con la cabeza y volvió a dirigir su atención a su compañera de azotea. - Soy Fletcher -, se presentó, extendiendo la mano con toda la educación que requería el caso.

[Mi internet regresó hace un rato, disculpen la tardanza]

Pyrus llegó al borde de un edificio y vio un destello amarillo caer donde, hace 20 minutos, había estado él y sonrió. Zap y Moon ya habían llegado, así que pegó un salto y planeó un poco en una pequeña corriente de aire que demostraba la cercanía de una lluvía vespertina y aterrizó cerca de su gemelo. Su hermano ya comenzaba a darle explicaciones al gerente, que lo miraba ceñudo y con los brazos cruzados cuando Pyrus intervino: -Señor, solo fue un quemado con las ruedas de mis AT, se borrará con agua y jabón. No tiene que llamar a la policia... Zap no lo hizo a proposito...- murmuró el muchacho, mientras veía la cara -desencajada- de su hermano. Pyrus hizo un esfuerzo para no reír mientras veía como se relajaba el gerente: -Bueno, ¡pero la próxima vez no uses sus patines amorfos para dañar la estructura de MI hotel!- el señor hablaba un precario inglés, pero que se le pudo entender. Parecía que se iba a retirar y recordó el mensaje de Moon, a lo cual, detuvo al sujeto y le dijo: -¿Sería tan amable de entregarme la llave de nuestra habitación? Es la 274, llamamos hace dos días para reservar la habitación. Manden la factura de los gastos a esa habitación..- hizo una pequeña reverencia, que fue respondida por el sujeto, que se retiró.

Miró a su hermano con una sonrisa y preguntó: -¡Oye! ¿Por qué tardaste tanto en llegar? ¿Dónde está Moon?- preguntó el muchacho, mientras se quitaba la gorra y los lentes -Mira la gorra y la chaqueta que conseguí Zap... se las gané a un par de japoneses que creían que podrían vencerme...- agregó, sonriendo.

La chica tenía razón en lo que decía. Un pequeño vistazo a las azoteas mas lejanas dejaba ver apenas un par de sombras, sombras que pertenecían a SR que se movían con tal rapidez que, para cualquiera que no fuera SR, sería imposible detectar. Aún así, Falco solía dejar pasar estos detalles. La sutileza se la dejaba a su gemelo, que veía los AT como un arte. Para él, el verdadero arte residía en usar los AT para conseguir lo que querías. No es que solo pensara en el dinero, es solo que era lo primero en lo que pensaba siempre. – Bueno, opino que ser sutil teniendo estas máquinas en los pies, sería un verdadero error – dejó escapar casi para si mismo, aunque sabía que la muchacha lo había escuchado. Parecía tener un muy buen oído.

Bajo a encontrarse con el gerente del hotel y explicarle que él no era el de el problema, cuando su hermano apareció y lo acusó a él de ser el causante de lo que había pasado. Es cierto que a Falco se le desencajó la cara, pero no precisamente porque se le acusara de algo que no había hecho. Zap había destruido, demolido y desbaratado tantas cosas a lo largo de su corta vida, que acusarlo de dejar una marca en la pared era como si a Fletcher la acusaran de ver feo a los demás. Para cuando su hermano terminó de contar la historia y se dirigió a él, ya Zap se preguntaba por qué Moon no había aparecido a hacerse cargo de los gastos.

Ignorando la mirada de odio que le lanzó el gerente, le respondió a su hermano. - Primero, me tardé porque, a diferencia de ti, sé como divertirme. Segundo, ¿de verdad crees que esas 3 cámaras de seguridad están de adorno? Lo primero que hará el gerente al llegar a su oficina será revisar los videos, y no será algo amarillo lo que verá en la pantalla – dijo esto mientras señalaba las tres cámaras, una por una. Se volvió hacia arriba y agregó: - Fletcher está allá arriba, hablando con la linda -. Se percató de que Penance y Moon se daban la mano. Eso era algo bueno, cuando menos por ahora.

En ese momento se volvió a ver la gorra y la chaqueta que su hermano le mostraba. La chaqueta era horrible a su parecer, aunque la gorra parecía decente. – Yo tengo dos billeteras, un celular y un reloj nuevos. Déjale los robos a la gente grande hermano… - dijo, y desvió la mirada hacia Fletcher, que bajaba de la azotea con la llave del mundo en sus manos (es decir, la tarjeta de crédito de su tio).

Su mirada cambió de los jóvenes y el gerente para desviarse a su lado, mismo lado en el que la única mujer entre los tres se había parado y llamaba su atención con el sonido de aterrizaje de sus patines y, posteriormente, con su pregunta que la joven respondió al erguirse y subir sus lentes de sol, subiendo y sujetando con estas su flequillo dejando a la vista sus orbes al completo.

- Para nada, la azotea no es nuestra. Y no te perocupes por el vocabulario de tu primo, los hombres tienden a ser así -le dijo guiñándole el ojo y hablándole con familiaridad y un tono juguetón. No sin antes, claro está, hecharle un vistazo a los AT de su acompañante. Si conseguía acercarse un poco a la mujer que tenía a su lado y los primos de esta quizá su curiosidad la llevase a preguntar si podía ver esos interesantes patines más de cerca. los de los tres obviamente.

- Penance -sonriente, estrechó la mano que le era tendida con fluidez y firmeza, pero sin ser exagerada en esta última. Le había agradado aquella extranjera. Era fuerte, de eso no cabía duda, y lo bastante resuelta como par alidiar con el par de varones que ahora discutían sus hazañas, si es que a robar se lo podía llamar así. Eso le recordó algo.

- Ah... Permíteme darte un consejo antes de que se me olvide. Este país es la mecha de los treck, como ya habréis podido comprobar los tres, pero también es el único país que tiene un cuerpo de policía especializado en la "caza" de Storm Riders. Me extraña que, con todo el alboroto que han hecho tus primos, solo hayan llamado la atención de unos cuantos curiosos. Aún así, os recomiendo prudencia... El nivel de los G-Men no es para tomárselo a broma -le advirtió ya que, visto lo visto, era la más sensata el "trío calavera" y a la que menos gracia le haría tener que lidiar con la policía, aunque quizá se llevase bien con el Caimán debido a su gusto sangriento. Aún así, sobre esto último no comentó nada, solo esperó a ver la reacción de la morena ante su aviso y consejo.

- ¿Los G-men entonces? - Fletcher había escuchado con sumo interés la advertencia de Penance. En Irlanda había investigado algo al respecto, y aunque lo que se colaba por internet no podía considerarse la fuente de información más veraz, sí sabía que la fuerza especial de la policía japonesa no era un grupo que debían tomarse a broma. Ya se encargaría de que el par de tarados lo entendieran, así tuviese que ser a la fuerza... Había visto un nombre muy repetido en todos los blogs y foros respecto a los G-men, un nombre que había logrado despertar la curiosidad de la chica, y tal vez ese fuera el momento correcto para preguntar. - ¿En verdad tenemos que tenerle miedo al tal Wanijima Kaito? -. Lo dijo tal vez con un tono más seco del que le habría gustado, ya que la otra muchacha de momento le estaba simpatizando bastante, pero el mero hecho de tener que 'temerle' a otra persona era algo que lograba enfurecerla. Moon no le temía a los demás, Moon los mordía fuera de su camino.

Tal vez aquel viaje a Japón les traería algunas sorpresas.

Cerró los ojos y sacudió la cabeza por un momento, intentando despejar su mente. Justo en ese instante, se fijó cómo Zap señalaba en su dirección desde el hotel y luego discutía algo con su gemelo. Si ella no intervenía pronto, aquel par terminaría por agotarle la paciencia al pobre gerente y seguramente llamaría a la policía, y aunque en verdad le interesaba ver lo que podían hacer los G-men, y sobre todo el famoso Kaito, no debían seguir llamando tanto la atención, al menos no de momento. Sacó la tarjeta que había guardado en su bolsillo, era la tarjeta de crédito de la compañía Haven & co., un rectangulito de plástico negro que Falco había bautizado como "las llaves del mundo" que los había librado de incontables problemas, y que tendría que evitarles aún más problemas.

- Debo ir a evitar que nos deporten al apenas llegar, con tu permiso -, e hizo una ligera reverencia -, aunque si quieres acompañarnos y contarme de alguien más a quien no debamos hacer enojar, no me molestaré -. Fletcher dejó la invitación en el aire mientras saltaba de la azotea y aterrizaba en la calle, atravesando las puertas del Hotel Olympia como una inocente turista. Ignoró a sus primos, aunque tomó nota mental del "botín" que ambos estaban presumiendo y del cual se encargaría después, y se dirigió directamente al gerente con el rostro de mayor arrepentimiento que podía actuar.

- Por favor disculpe todas las molestias -, dijo en perfecto japonés al hombre, haciendo una reverencia y extendiéndole la tarjeta de crédito. El gerente pareció pensárselo un momento, y miró despectivamente al los hermanos Black antes de tomar la tarjeta y responder a la reverencia que había hecho Fletcher, entregándole una llave magnética con el número '274' en ella. De momento, la situación había sido solucionada. El hombre se retiró a su oficina murmurando improperios que Moon habría preferido no entender, y ella caminó hacia sus primos, poniendo sus manos sobre sus hombros, tal vez con más fuerza de la necesaria.

- Ahora vamos a subir a la habitación como personas normales, sin romper nada más, o lo próximo que se dañará serán las costillas de ambos- . Lo dijo todo con una sonrisa, sin embargo, si Lysander o Falco la conocían en lo más mínimo, le habrían temido más a esa sonrisa que a cualquier otra cosa.

Miró a su hermano y no pudo evitar soltar una carcajada: -Yo no soy un vulgar criminal como tú, yo no robo... yo solo tomo algunos trofeos de guerra en mis batallas. En casa también lo hacía y te recuerdo que muchos de esos "trofeos" los usabas tú. Los zapatos negros, tu anterior chaqueta y una gorra que, particularmente, me gustaba hasta que la destrozaste con tus AT- enrolló la chaqueta y la gorra, abrió su mochila y metió su botín. Subió la mirada y reparó en las cámaras y chasqueó la lengua, no funcionó su treta, pero estaba seguro que no había hecho nada malo.

Sintió una corriente de aire y vio a su prima aterrizar cerca, caminaba de manera pomposa como acostumbraba a hacer y habló en un perfecto japonés con el manager. Le dio la tarjeta negra del tío y Lys soltó un suspiro, sabía que todos los gastos estaban cubiertos, incluyendo el golpe que le había dado a la columna derecha del lobby. Miró hacía el lugar donde había estado su prima y vio a una chica con vestimenta blanca y una mirada inquisidora. Algo en ella no le daba buena espina y parecía que su mirada se clavaba en los AT de ellos, eso no le gustaba a Pyrus ya que sabía (y tenía conocimientos) de que en Japón habían muchos SR que ansiaban partes nuevas y la mirada de esa chica, no era precisamente de curiosidad, sino de ambición. Apretó los dientes y giró a ver a su hermano: -Oye Zap... ¿No te sorprende como esa chica ve nuestros ATs? Creo que pone demasiada atención en ellos... y conociendo la reputación de Guerra de Partes de Japón, eso no me da buena espina...- sabía que su hermano le prestaría poca atención, pero había cumplido con avisarle de eso. Se quitó los lentes y los guardó en el bolsillo delantero de su chaqueta.

-Ay!- comentó al sentir el apretón de su prima en el hombro, ella les decía que fuerana la habitación y se quedaran tranquilos, pero Pyrus tenía la adrenalina a millón y declinó de la invitación: -Lo siento Moon, pero yo recorreré la zona. Me pareció ver a muchos Stormriders viendome mientras le pateaba el trasero a esos chicos, además... estamos en un lugar nuevo y no quiero perder un día en una habitación. Así que nos vemos... ¡Sayonara!- sacó los lentes de nuevo y se los puso con un rápido movimiento de su muñeca. Sonrió al sentir que la cercanía de la lluvía había aumentado la presión atmosférica y eso le daría más lugar donde patinar. Se despidió con un gesto de mano y aceleró sus AT a fondo. Saltó sobre un carro que pasaba a mediana velocidad frente al hotel, subió por la pared del edificio y, haciendo una pirueta en el borde, desapareció sobre la azotea del edificio. No sabía a donde iría pero dejaría que sus AT le guiaran a donde debía ir en ese nuevo y desconocido lugar.

[Salgo del thread, nos veremos en otro lugar...]

Como siempre, Pyrus intentaba contrarrestar las palabras de Zap con su increíble y aburrida cháchara, y una vez mas, Zap sabía como responder. Se agachó un momento para limpiar el polvo que había entrado en la boquilla de aire de sus AT y le dijo a su hermano, sin voltear a mirarlo - Prefiero ser un ladrón y admitir serlo, que esconderme tras la excusa de tomar trofeos. Siguen siendo cosas de otros que tomas sin permiso para no regresar mas tarde, no veo nada de noble en eso – le dijo, y limpió la segunda boquilla, que además tenía atorada una pequeña roca.

Era la desventaja de sus AT. No habían terminado las rejillas especiales que había ordenado a los laboratorios de la empresa, por lo que sus AT requerían un cuidado constante. Claro está, que no era tan difícil de hacer, solo había que ser precavido de vez en cuando. Fletcher tenía que retirar la sangre seca de los suyos, y Lys… el tenía suficiente con tener que aguantarse a el mismo, por lo que nunca se quejaba de esto. Pronto tendría sus nuevas rejillas, y eso era todo lo que necesitaba para ser feliz…. Por ahora.

Escuchó el comentario acerca de Penance y, aunque no lo demostró, a él también le parecía un poco extraño que Penance fuese tan buena persona con tres desconocidos que habían comenzado a causar estragos apenas pusieron un pie en su ciudad. – Es linda, con eso me basta. Además… - dijo, mirando a la chica sin ningún disimulo – es obvio que le atraen nuestros AT. El Ring Road se basa en los AT de los demás, y obviamente, ella es una Tunner. – no era tan obvio, después de todo. Penance parecía una SR completa, por lo que verla como una tunner mas allá de la cara bonita requería conocimientos avanzados sobre el mundo de los AT. Sabía que su hermano se daba cuenta, pero entendía lo desconfiado que era, ya que el sentía lo mismo. Nadie se metía con los AT de los Black, eso seguro.

Escuchó la advertencia de su prima, y la mano sobre su (ahora magullado) hombro le daba a entender que era necesaria la estadía en aquel lugar, aunque no había especificado por cuanto tiempo. Escuchó la despedida de su hermano, tapándose la cara, como si esto hicera alguna diferencia. Eran gemelos idénticos, ocultar la mano tras su rostro no haría que la gente del lobby no lo relacionara con él.

Se volteó hacia su prima y habló. – En un rato salgo a buscarlo… pero dime algo, Moon… ¿qué hice yo para merecer un hermano cuyo sentido del humor nace de su escroto? En serio, sus chistes son peores que una cuchillada tuya. – caminó hacia Penance, seguido por Moon, y le extendió una mano a la chica. – Propiamente dicho, no nos hemos dado la mano aún. Es un placer conocerte. - esta vez si era en serio, puesto que había dejado la sonrisa falsa varios tejados atrás, para dar pie a una sincera sonrisa de bienvenida. - Y si, esa copia barata mía que se largó hace unos instantes, es mi hermano menor. – dijo, volteando un poco solo para ver los tejados desiertos, por los que su hermano debía estar volando en este momento, y sintiendo un pequeño remordimiento por no estar acompañándolo.

- Mucho más que cuidado -fue la única respuesta que la morena de largos cabellos le dió a la fémina adulta ante su pregunta sobre el capitán de la Patrulla G, o G-Men como se les solía conocer. Por el momento, le caía bastante bien Fletcher, se veía cauta pero instintiva, prudente pero salvaje... Polos opuestos que, sin duda, atraían su atención. Además de eso era lista, así que no tendría que explayarse demasiado en explicaciones, ella sola podría sacar sus propias conclusiones que, si puede que alguna no fuera correcta, estarían cerca de serlo. Así mismo tampoco dió muestras de enfadarse o mostrarse molesta con el tono seco de Moon, con unos primos así, ella también estaría con los nervios a flor de piel a cada segundo.

La joven asintió diciendo un "no tardaré" ante la invitación de Fletcher. Eran nuevos en el país y muy, muy interesantes. Suficiente para que la misma Penance quisiera ponerles al día de desinteresada manera. Además eran divertidos, para qué negarlo... Aún así, se quedó algunos momentos más sobre la azotea antes de bajar poco después de guiñarle el ojo a Pyrus cuando este la observó con desconfianza, aunque por la distancia supuso que él no vería su gesto. Sonrió levemetne mientras se acercaba a ellos a paso normar, habiendo desactivado sus treck justo al caer al suelo, pero se mantuvo a cierta distancia con las manos en sus bolsillos para darles espacio e intimidad a la familia para que discutieran sus "cosas". Había oído la habitación que tenían así que podía ir después a verles, no necesitaba guía si, por algún casual, los perdía de vista.

Desconocía cómo había adivinado Falco que era una Tool Toul To pues que su insignia solo estaba en uno de sus pendientes ocultos bajo su cabello y en una pegatina en el espacio de su clavícula y pecho derecho, también escondida bajo la ropa, y eso hacía mucho más curiosos e interesantes a los extranjeros, al menos el que conocía a los Tunner.

Rió de nuevo de forma audible ante el comentario de Zap sobre su hermano, el cual no había tardado mucho en desaparecer del lugar haciendo que un pensamiento del tipo "¿Me tiene miedo?" pasase por la cabeza de la afinadora antes de volver a centrar su vista en el único varón que quedaba en el lugar y estrechar su mano de la msima forma que lo hizo con la de Fletcher, con firmeza y cierta suavidad entremezcladas.

- El placer es mío -dijo a modo de contestación sonriedo divertida y ampliamente por ver cómo de bien se llevaban ambos gemelos.

Fletcher se tronó el cuello. Lysander se había ido y Falco estaba demostrando que sí tenía modales. Lo segundo era una novedad agradable, lo primero... lo primero le daba ideas peligrosas, por usar un adjetivo moderado. Bien, que disfrutara su "libertad" de momento, su prima tenía sus propios métodos de anclarlo de nuevo a la tierra. Mientras planeaba cómo usaría el cadáver de su primo menor para perfeccionar el colmillo de sus ATs, vio pasar a un botones con el equipaje de alguien por la recepción del hotel y recordó por qué sus maletas habían sido enviadas por separado. Inmediatamente, una sonrisa torva se apoderó de su rostro; la venganza contra Pyrus llegaría más rápido de lo que él podría imaginar.

Tal vez, en otras circunstancias, habría pensado que lo que estaba a punto de hacer era cruel, sobre todo considerando que el otro muchacho era parte de su familia, pero Lysander la había dejado con la palabra en la boca, y eso era algo que Moon no estaba dispuesta a dejar pasar. Además, su conciencia, si es que alguna vez tuvo una, había escapado en cuanto Fletcher se puso unos ATs por primera vez y sin ninguna intención de volver.

Se acercó a Falco y a Penance, actuando con total normalidad. - Zap, si eres un niño bueno, me esperas y tratas como se debe a la dama, te traeré un regalo -. Sonrió, y se dirigió a la otra chica - Y si lo que han dicho este par de tarados es cierto, a ti también te interesará -.

Ya que el gerente no quería matarlos, pudo subir con calma a la habitación que habían reservado. Estrictamente hablando, no era una habitación sino una suite, con tres habitaciones más pequeñas separadas, una sala de estar e incluso una mini-cocina, y ciertamente valía lo que costaba. Le habría gustado quedarse a descansar un rato, su cuerpo aún no había olvidado las dieciocho horas encerrada en una lata de sardinas para poder llegar a Japón, sin embargo su orgullo lograba darle todas las energías que necesitaba para seguir de cacería. En un rincón de la suite, sin estorbar, estaba todo el equipaje que los Black habían traído, y Fletcher revisó entre sus maletas antes de sacar una chaqueta nueva (las manchas de sangre en la que cargaba puesta ya serían imposibles de quitar) y algo de efectivo y unos cuantos chocolates que guardó en su mochila, y dejar a la vista un maletín plateado que había estado oculto bajo tres enormes bolsos negros con rojo.

Tomó el maletín e inconscientemente empezó a tararear su canción favorita mientras se retiraba de la habitación, nuevamente hacia el recibidor del hotel. Los demás huéspedes ya habían pasado el sobresalto por la pequeña demostración de Pyrus, por lo que dejaron de prestarle atención a ella y al otro par de muchachos que andaban en patines; mejor así.

- Oye Zaaaaaaap -. Debía admitirlo, había una parte medio psicópata en Fletcher que disfrutaba ver cómo sus primos llegaban a asustarse de ella. Suprimió una ligera risita antes de ponerse en modo de negocios, una vez que ya tenía toda la atención de Falco, y probablemente también la de Penance. - Se supone que debíamos empezar a probarlas a partir de mañana, pero ya que el hámster se adelantó, ¿no crees que deberíamos hacer lo mismo? -. Abrió el maletin ante los ojos espectantes de su primo. Tres nuevos y flamantes pares de ruedas descansaban dentro del maletín, uno de los cuales era un poco más grande y con un diseño más aerodinámico en comparación a las otras, así como unas cuchillas dobles y unas rejillas a la medida; todo un incentivo del presidente de Haven & co. para que siguieran con su buen trabajo. - ¿Y bien? ¿No piensas que deberíamos llevárselas al filósofo, primito? -, preguntó, aunque Fletcher podía apostar todo el presupuesto de la compañía a que ya conocía la respuesta.

Estrechó la mano de la chica con delicadeza y, al soltarla, se inclinó un poco hacia atrás para tratar de divisar algún rastro de Lysander. Al no ver nada, se volteó y prestó atención a las dos chicas con las que se había quedado. De no ser porque conocía a Fletcher, le habría parecido esa clase de chicas que sólo usan sus AT para ejercitarse, nada más. Sin embargo, ejercitarse era algo que ocurría casi por accidente, puesto que de los tres, era ella quien más entrenaba. Sin embargo, a Penance se le reconocía como SR con solo verla, ya fuera por el estilo que llevaba como por el hecho de que sus AT eran diferentes a los de la talla casual. Fue entonces cuando Fletcher habló, y para evitar cualquier clase de cicatriz permanente, le prestó atención.

Zap no se imaginaba qué iría a buscar su prima, pero el estómago se le encogió al oír sus palabras. Fletcher no era la clase de persona que hacía regalos, y dudaba mucho que el viaje en barco hubiese despertado este talento en su prima. Aún así, sabía cuando hablaba en serio, y este era uno de esos momentos. – Haré lo que pueda – le dijo, mientras se alejaba un poco. No sabía si lo había escuchado o no, pero esa era la clase cosas que hacía divertida a su prima.

Ahora se encontraba solo con Penance en el lobby del hotel, esperando por Fletcher y preguntándose qué tan alto estaría volando Lysander. No se llevaba de perlas con su hermano, pero reconocía su talento en el Wing Road. Entonces, decidió aprovechar su momento de intimidad con Penance para comenzar con lo que la compañía llamaba ‘Investigación’, pero el prefería decir ‘Meter las narices en otros países. Se giró hacia la muchacha y preguntó. – Entonces, si sigues el Ring Road, ¿verdad? Es que se te nota. Es decir, no todo el mundo tiene un oído tan agudo y tu interés por los At se nota con solo verte. Fue lo primero que le viste a mi hermano cuando apareció, y todo el mundo se fija en que somos gemelos primero – Zap era tan desconfiado como su hermano, y había aprendido de muy mala manera a desconfiar hasta de su nombre, como su cicatriz siempre se lo recordaba cuando la veía. Era por esto que se fijaba tanto en la actitud de Penance.

- Aún así, eres la persona que mejor nos ha tratado, y no he sabido de Tunners que se atrevan a dañar los At de otros, ya que viven de arreglarlos. Si Moon está de acuerdo, puede que te deje echarle un vistazo a los míos, aunque no te aseguro nada. Los tres somos bastante recelosos cuando de nuestros AT se trata – fue lo único que le dijo, mas como un comentario que como una advertencia, pero esperaba que sonara como la segunda.

El sonido de Fletcher llamándolo tan cariñosamente lo distrajo, y no pudo evitar que se le escapara un pequeño chorro de aire de la punta de sus AT por inercia. Los momentos en los que Fletcher lo llamaba cariñosamente durante sus entrenamientos eran bastante… digamos que no terminaban bien ni para el ni para Lysander. Llevaba un maletín consigo, que Zap supuso que era lo que le interesaba tanto a él como a Penance. Su prima abrió el maletín, y Falco no pudo evitar que una sonrisa de felicidad se le dibujara en el rostro. Las ruedas de los tres viajeros y sus respectivas mejoras habían llegado antes de lo previsto, y esto sólo significaba buenas noticias. Lo pensó dos veces antes de lanzarse sobre el maletín, puesto que Fletcher ya le había cerrado uno en las manos hacía varias semanas y no había sido bonito, pero esta vez valía la pena perder un dedo.

Tomó una de las rejillas y la posó sobre su palma derecha. Era muy ligera, apenas y sentía el peso sobre la mano, pero se veía resistente. Era la medida perfecta para la boquilla de sus Thunderstorm, lo sabía. Luego tomó la segunda y una de las ruedas, sopesándola. Eran pesadas, justo como a él le gustaban, y parecían mas resistentes que las que llevaba, que ya estaban algo desgastadas. Casi ni escucha la pregunta de Fletcher por estar soñando con sus piezas. Se sentó en el suelo del lobby y se sacó el AT derecho. – si, supongo que ya va siendo hora de que lo busquemos. Además, con esas ruedas, de seguro se orinará en los pantalones de la emoción – dijo, mientras se colocaba el AT derecho, que ya tenía la rejilla puesta, y se sacaba el izquierdo para hacer lo mismo. Estaba por sacar las herramientas de su bolsillo para cambiar las ruedas, cuando recordó que estaban en su maletín, junto con la ropa.

Se levantó del piso y le extendió el patín a Penance, hasta dejarlo ante sus ojos. – Supongo que debes estar preparada para estos casos… puedes cambiarle las redas, si quieres… pero tocas algo mas, y te mato – estaba sonriente, pero decidido de lo que decía.

Penance casi sintió como un escalofrío le recorría la espalda al oír el tronar del cuello de la adulta fémina, aunque por suerte algo le decía que no era por ella por quien la mroena mayor empezaba a cabrearse en demasía, además tenía sus métodos para "librarse de ella" si es que se daba la ocasión. Bueno, para librarse de los tres Black en realidad, pero le parecía más divertido quedarse con ellos un tiempo más.

- "Es la priemra vez que me tratan de dama..." -pensó para sus adentros al escuchar las palabras de amenaza que Fletcher le decía a su primo. En parte podía tratarla como quisiera, no se iba a enojar o molestar por lo que alguien, de momento, ajeno a ella le dijera, al menos no mucho y pensaba quedarse a ver el "regalo" que Moon tenía preparado para el Black pues se fiaba de lo que la única fémina de los tres le dijera. No parecía muy dada a mentir en esas cuestiones y, si lo hacía, la Tunner pensaba quedarse a averiguarlo.

Su atención no tardó en centrarse una vez más en Falco, siendo este el único con el que estaría por los minutos que la ojos carmín tardase. Le escuchaba atenta, manteniendo una postura relajada en que sus manos se mantenían dentro de sus bolsillos y su peso recargado en la pierna derecha, teniendo así la contraria con solo la punta apoyada en tierra y quedando así en una posición levemente ladeada. Al parecer el gemelo no era tan tonto como hubiera creído al principio, intentaba sacarle algo de información, pero puede que fuera ella la que teminase sacando algo de provecho.

- Ciertamente, me fijé primero en vuestros air treck que en si érais o no gemelos, pero eso no es tan extraño, a muchos de los riders de Japón les interesan más los patines que se usan en lugar de quiénes los usan. Y sobre lo de mi oído... No creo haber dado muestras de que tenga el oído fino -a pesar de sus palabras no negaba, desmentía o afirmaba nada, lo dejaba todo en la duda o en la decisión del varón. Le parecía más interesante ver cómo explicaba él su conocimiento sobre las sincronizadoras que decírselo ella misma además de, claro está, explicarle cómo se dió cuenta de su agudo sentido del oído.Aún así, poco tiempo tuvo la joven de exponer su punto de vista antes de que Fletcher volviera, poniendo los pelos de punta a su primo ante la cariñosa, si es que podía definirse así, llamada con la que le había llamado.

Se acercó curiosa a ver el maletín, tan solo inclinándose un poco sobre este aunque no pudo evitar una deseosa mirada. Si aquello fuera una serie anime le habrían salido estrellitas en el lugar de los ojos... Pero no lo era, así que solo se podían ver dos gemas azules que miraban con avidez y deseo aquellos tres pares de ruedas. Quería escucharlos, quería verlos en movimiento, saber cómo estaban hechos... Todo, pero sería paciente y respetuosa, no eran piezas suyas, y no metería la mano en el maletín para tomarlas pues podría quedarse sin esta.

Se alejó solo un paso, bajó un poco su rostro y cerró los ojos escuchando cada movimiento que Falco hacía para colocar las rejillas en sus treck. Le dejaba cierta intimidad, por así decirlo. Para ella los AT eran mucho más que simples patines, y cualquier StormRider que se precie los trataba con el mismo cuidado que a sí mismo o a sus seres más queridos, por tnato, para ella aunque fuera el solo añadirle una pieza era algo importante, aún así, cuando escuchó como Zap se levantaba solo uno de sus ojos se abrió para ver como le extendía el patín, momento en que abrió el otro orbe para mirarle dijamente a los ojos.

- Oya oya... ¿Crees poder cumplir esa amenaza tan fácilmente? -cuestionó mostrando una maliciosa sonrisa y un tono amenazador y desafiante en su voz, similar al que dejaba entrever su mirada al tiempo que afilaba esta última hasta el punto de que su pupila casi se veía incluso rasgada como la de los felinos.

La joven estaba probando a su interlocutor para ver cómo reaccionaba puesto que no tenía intención ninguna de dañar sus patines. Después de todo, dañar los air treck, por muy ajenos que fueran, era algo que a las Tool Toul To no se les perdonaba, ni el equipo ni ellas mismas si tenían un mínimo de orgullo, y el orgullo de Penance era, como mínimo, uno de los más altos de todo el equipo neutral.

[Pido disculpas por mi tardanza u.u]

Moon no se molestó en esconder la mueca de satisfacción que había aparecido en su rostro al ver las caras de su primo y Penance tras haber revelado el contenido del maletín. Eran como niños viendo sus regalos bajo el árbol de navidad, en su opinión, y Falco no pudo resistir la tentación de tomar sus piezas inmediatamente. Por esta vez, Fletcher lo dejó pasar, pues en verdad estaba más interesada en mejorar sus ATs que en intentar inculcarle modales a su primo. Cada uno de ellos sabía lo que tenía que hacer, y la chica tomó sus partes y cerró el maletín, yéndose al rincón más retirado del recibidor del hotel a trabajar.

Sin embargo, antes de irse, logró escuchar la "amenaza" que había hecho Falco, y se sintió secretamente orgullosa de su pariente, y la respuesta de Penance. ¡Alguien que sabía cómo manejar a los Black! Habían tenido que viajar al otro lado del mundo para finalmente conocer a alguien así, y Fletcher decidió que la otra muchacha cada vez le simpatizaba más. - Yo que tú, Zap, aprendería a tratar mejor a la dama. No pienso ayudarte si te patea el trasero -, y dejó escapar una risita burlona antes de dejarlos solos de nuevo.

Al fondo del salón había un juego de sillones desocupados, y los huéspedes del hotel no se veían muy interesados en acercarse a ella, o a su primo, siendo totalmente honestos, y Moon se dirigió hasta allá. Se colocó los audífonos de su celular y presionó el botón de "play", dejando que la música le inundara los oídos. Desde que era pequeña, ella misma se había encargado de sus ATs pese a las protestas de los técnicos de la compañía, protestas que su padre siempre había ignorado, así que cambiar las ruedas no resultaba un gran desafío; aún así, se tomó su trabajo bastante en serio, reemplazando cada pieza con calma y dejándose llevar por el ritmo de la canción que se reproducía desde su celular. No sabía exactamente por qué, y tampoco es que le interesara investigarlo, pero el rendimiento de sus patines siempre mejoraba cuando los atendía mientras escuchaba su música favorita; sus manos, su navaja y sus piezas se movían a un mismo compás.

Armar y desarmar sus ATs había sido parte de su práctica desde el comienzo, por lo que las nuevas piezas estuvieron listas e instaladas en tan sólo unos minutos. Las ruedas viejas estaban desgastadas, mucho, y tenían manchas de sangre seca y lodo que más temprano que tarde habrían terminado impidiéndoles el movimiento; desgraciadamente, era algo a lo que había tenido que acostumbrarse por recorrer el sendero que amaba. Habría querido unas cuchillas para las ruedas delanteras, de hecho tenía meses solicitándolas, pero su padre, perdón, el Presidente de Haven & co. había dado un 'NO' rotundo a su propuesta cada vez que el tema salía a flote, tendría que arreglárselas con sus cuchillas traseras, como siempre. "A menos que las consiga por mi cuenta...", y tuvo una de las ideas que sus primos siempre clasificaban como "peligrosas".

Guardó todo dentro de su mochila, que al parecer se hacía más pesada conforme pasaban más tiempo en Japón, e hizo girar sus ruedas nuevas un instante. Hacían el "sonido" perfecto, a oídos de Fletcher. Eso era todo lo que necesitaba. No sabía qué habrían estado haciendo Penance y Falco en el tiempo que ella había estado trabajando, pero esperaba que fuese lo que fuese, su primo ya tuviera sus ATs listos, porque no pensaba esperar más para salir en persecución de Lysander. Por más "alas" que tuviera, ese hámster filósofo no se escaparía tan rápido de ella. Fue hasta la salida de la recepción, las calles de Tokyo esperándola, aunque tendrían que ir con más cuidado en esta ocasión.

- ¡Date prisa, Amarillo! -, le dijo a su primo, riendo, antes de emprender una carrera y salir a probar sus piezas nuevas. La cacería del hámster había comenzado.

Falco escuchó la respuesta de Penance con calma. La muchacha no había aceptado ni desmentido nada, jugaba muy bien a la defensiva. Se limitó a sonreír y responderle – No hay que conocer mucho a una persona para saber que es buen oyente… basta con observar – fue lo único que dijo. Sabía que no le sacaría información tan fácilmente, cuando menos no ahora que acababan de conocerse. Aún así, su atención estaba algo distante, con Fletcher, preguntándose qué le traería su prima al bajar. Luego de que arreglara las rejillas y le ofreciera a Penance sus AT para que los arreglara, escuchó la respuesta de la chica y el comentario que soltó su prima antes de irse a reparar sus patines. – ¡Buena respuesta! Pero tengo que advertirte: no hago amenazas que no puedo cumplir… - le dijo a Penance.

Retiró el At de la vista de la chica, y agregó – No lo tomaré como un “No”. Lo tomaré como “Aún no”, y todos felices – dijo, antes de regresar a su posición en el suelo. Comenzó a ver a los lados, buscando. Simplemente buscando, y encontró. Cerca de ellos, en la columna que había sido marcada por Pyrus, había un hombre de mantenimiento, que tenía un cinturón con herramientas de trabajo, limpiando la quemadura. – No tardo – le dijo Zap a Penance y, usando el único AT que tenía disponible, se acercó al hombre.

– Bonita marca, ¿no cree? – le dijo al hombre, parado junto a él y con un japonés bastante básico. – lo es si eres un vándal… - comenzó a decir, pero al ver el rostro de Falco (idéntico al de su hermano) cerró el pico. – Tranquilo, no fui yo. Fue mi hermano. Gemelos – dijo sonriendo, mientras le daba una palmada en la espalda al anciano. El hombre sonrió con nerviosismo y se alejó, alegando que necesitaba otras cosas para terminar de limpiar bien. A Zap no le molestó que lo dejara con la palabra en la boca, puesto que no era una conversación amena lo que estaba buscando. Regresó con Penance y sacó de su bolsillo el destornillador y las pinzas que le había quitado al anciano. – Será nuestro secreto – le dijo, y se sentó de nuevo en el frío piso del lobby.

Las ruedas de sus AT no estaban 'gastadas', por así decirlo. Simplemente estaban magulladas por la fuerza que Falco ponía en sus saltos y caídas, y algo quemadas por su reciente enfrentamiento en las azoteas, por lo que no sabía que no era estrictamente necesario cambiar las ruedas. Aún así, era un lujo que estaba dispuesto a darse. – Oye, tú y mi prima hablaban de algo serio hace rato, ¿verdad? – le preguntó a la chica, mientras hacía girar el destornillador para sacar una pieza. A pesar de que no la estaba mirando, escucharía con atención su respuesta. Luego de un par de minutos, sus AT estuvieron listos, y escuchó el apuro de su hermana mientras salía del hotel.

Pisó fuerte, sintiendo las nuevas ruedas y dejando escapar un poco de vapor de sus rejillas nuevas. “Perfecto” pensó, y entonces se volvió hacia Penance. – Fue un placer conocerte. Lamento que te dejemos así, pero es necesario que salgamos. Tenemos una fotocopia que atrapar. Nos estamos viendo, Penance – le dijo, y entonces lanzó una patada en el suelo y aceleró, para salir detrás de su prima en busca de su hermano gemelo. Un par de azoteas después, se desvió del camino que seguía Moon y le gritó: - Será mejor que nos separemos, a estas alturas podría estar en cualquier parte… nos veremos en una hora en el Hotel. – dijo, mas como una sugerencia que como una orden, y se desvió a la derecha para entrar en la zona de institutos del centro de la ciudad.